A poco de estallar la Revolución el 8 de marzo, se dieron inicios a las clases en escuelas y colegios, decretándose la primera vacación de inverno el 1 de junio y a raíz d la victoria de Tacuatí del 11 de junio; ésta s prolongo hasta el 31 de junio, reiniciándose las clases el 1 de julio que fue hasta el 31 de julio, fecha en que entraron las fuerzas gubernistas y volvieron a suspenderse las clases, las que se reanudaron a fines de agosto con un cuerpo de profesores ya muy distinto que integraban gentes que llegaron a Concepción con las fuerzas gubernistas.
Algunos profesores nuevos fueron: Rosa Marengo como Directora, Arminda Ruíz Pavetti, Arminda González Gini, Idilia Peña, Salvadora Peña, Bernardo Toro Corona, Ercilia Echague de Toro Corona y otros. Mediante estos tres impulsos dados a la enseñanza, hemos terminado el año sin pérdida alguna.
La vida estudiantil que llevábamos durante la Revolución y mismo después de terminada era de anécdotas, travesuras y jaranas. Como se trataba de un Colegio de Enseñanza Secundaria y Normal, los del bachillerato teníamos seis asignaturas y los de normal 10, lo que nos permitía a los varones tener muchas horas libres a la semana, las que hacíamos coincidir a partir de las 10 de la mañana, dándonos así tiempo a que fuéramos a la casa de la Familia Kennedy, de la Familia Chamorro Diana o al Club Concepción, donde había pianos, permitiéndosenos así dedicar a las peñas y al baile. Para ellos teníamos compañeros que se destacaban como pianistas, como por ejemplo: Germán Esquivel (+), Lázaro Quevedo, Carlos Manuel Paradeda (+), Juan B. Villa Cabañas (+), Orfilia Chamorro, Irene Kennedy, Loli Kennedy y otros más.
Estas tertulias familiares se interrumpieron después de la dicha victoria de Tacuatí, debido a la muerte de muchos rebeldes en el campo de batalla, más la toma de mucho armamento, lo que hizo que el Comando Revolucionario decretara el reclutamiento de nuevos soldados y en consecuencia ya nos recluimos en nuestras casas. Solamente concurríamos a clases munidos de salvoconductos especiales próvidos por el Comando a pedido de los padres de familia y ya que la mayoría d los jóvenes frisábamos los 15 y 16 años, edad que ya no respetaban por la necesidad de soldados.
En la primera etapa fue Director el Prof. Químico Farmacéutico Miguel Ángel Aponte Albertini y n la segunda la citada Rosa Marengo, con quién se reincorporaron algunos profesores residentes en Concepción y otros que vinieron de la Capital. Es de gratitud recordar a estos profesores: Numa Alcides Mallorquín, las citadas Ruíz Pavetti, González Gini, Salvadora e Idilia Peña y los Rvdos. Padres Heriberto A. Vásquez, Carlos A. Villalba y Demetrio Aquino.
Fuente: Pinceladas y vivencias del 47 - Dr. Pedro Ruso